"La red social" Ahora toca vivir en Internet.

Al terminar de ver "La red social" he tenido un impulso rápido e instantaneo al llegar de tener que encender el ordenador y ponerme a escribir. Como si de una idea del propio Mark Zuckerberg se tratara, el ponerme delante del ordenador a escribir sobre esta película ha significado que el visionado ha merecido mucho la pena. Esta película puede significar mucho para unos, nada para otros, pero lo que está claro es que no asistimos ante cómo fue la creación técnica del Facebook que tiene 500 millones de registros en todo el mundo. No señor, aisistimos ante una historia llena de polémica, obsesión, dignidad, prestigio, éxito y amistad bajo la batuta del que todo lo mueve: el dinero.

Allá por el 2003, un estudiante de Harvard se convertría en la persona más joven multimillonaria gracias a uno de los inventos de este siglo XXI: Facebook. Claro que su camino no fue de rosas precisamente, ya que su mejor (e único) amigo llegó a demandarle por varios millones de dólares, aparte de otra demanda por supuesto plagio y robo de propiedad intelectual. Como dice en el film: ambas multas de tráfico para alguien que pronto se podriría de dinero. Y aunque al creador en cuestión no le importe demasiado (o eso ha afirmado) sí es importante para quienes se cruzaron con él en su camino.

Y es que aunque algunos quieran o no admitirlo, todos queremos el éxito, y cuando lo logramos queremos ser recompensados con dinero. Ese dinero que cuando tenemos, aún queremos más. Porque un millón de dólares no mola, lo que molan son 1.000 millones de dólares. Y aunque sea por tema económico o por tema de mandato, uno puede mandar a paseo su única y verdadera amistad. No haces una de las páginas más exitosas de todos los tiempos sin ganarte enemigos. Y aquí "la red social" lo dice todo. La obsesión por llegar el primero, por tener éxito, reconocimiento y prestigio. Por ser creador de una idea de la que podría haber tenido cualquier otro, pero no, lo has hecho tú. Eso es lo que importa, y seguir adelante. No importa a quién dejes atrás, no importa si tu nómina es de 25.000 millones o de 30.000. La cuestión es que has embarcado, y si no sigues ciertas pautas, tendrás que abandonar, pero sin pillar un buen pellizco, y a la mierda esa amistad.

David Fincher hace la historia profunda, más quizás de lo que fue realmente. Se rodea de un buen y joven equipo artístico con un gran Jesse Eisenberg en el papel del creador Mark Zuckerberg, Andrew Grafield (mejor amigo de Mark) y Justin Timberlake (socio posterior de Mark). Lo cierto es que el dueño de la función es Jesse Eisenberg, el cual logra captar esa mirada de alguien que lo quiere todo y no le importa lo que deje atrás. Logra exprimir y adaptar la idea de esa red social, y además sacarle partido con quién debe. Un buscador de éxito pase lo que pase. Rooney Mara hace un pequeño papel como detonante de su gran idea, para posteriormente unirse a lo que alguien como Zuckerberg, que logró humillarla ante miles de alumnos, había creado y jurado no volver a tener nada que ver con él. Sorprendente la aportación de Justin Timberlake, mala influencia allá donde las haya para Mark, socio de Facebook, y que le dio ese apoyo final para ser conocido mundialmente. El peor parado es el nuevo "spidey" Andrew Grafield (con sorprendente parecido físico al piloto español Dani "paquete" Pedrosa) que solo parece observar lo que pasa a su alrededor, teniendo sólo una buena escena SPOILER la emboscada en las oficinas Facebook FIN SPOILERS.

Sin embargo este poderío profundo de esta historia tiene en su lecho al verdadero artífice, el guionista Aaron Sorkin, que basa su guión en la novela de Ben Mezrich, para trazar unos diálogos ingeniosos y nada planos. Sorkin le da en bandeja a Fincher media película, logrando que todas las frases de la cinta tengan algo lógico y te hagan pensar, pensar en dónde se está metiendo la sociedad de hoy en día. Una sociedad que permite que el poder, el éxito se anteponga ante lo verdaderamente importante, no la relación social a través del ordenador, sino la relación de verdad de las personas, la verdadera amistad. Si eso implica vivir solo y con una vida quizás de lo más artificial pues es lo que hay. Nosotros podemos elegir ese camino. Como bien dice el film, ya vivimos en campos y luego en ciudades. Ahora toca vivir en internet.

Mi nota: 7,5