martes, 29 de marzo de 2011

"Valor de ley" el castigo siempre llega.

Hablar del buen cine del oeste actual es complicado, y por varias razones. Ya no suele hacerse este tipo de cine, el cual durante años fue el verdadero motor de Hollywood, pero que con las nuevas tendencias y nuevos directores acabaron hartos de él, y casi desapareció por completo. Obras cumbre siguen vivas hoy en día, pero otras muchas muchísimas se han olvidado. Sin embargo, todavía hay quienes se atreven a revivir al "western", y algunos lo consiguen y otros no. En el caso de "Valor de ley" se queda a medias, en la que sólo será recordada por Jeff Bridges y un par de cosas más.



Ojo, la nueva película de los hermanos Coen está bien, pero tampoco pasa de ahí. Lo que pasa es que ahora la moda son los Coen, y cualquier cosa que hagan es una obra maestra, y no es así. A la ya sobrevaloradísima "No es país para viejos" se han sumado "Quemar después de leer" y ahora esta Valor de ley que se queda a medio gas. Sin embargo, la cinta de los Coen tiene cosas muy buenas, y la mayoría de esas cosas tiene que agradecérselas a un tal Jeff Bridges, que está pletórico como el alguacil Rooster Cogburne. El actor, natural de California, tiene papeles inolvidables, con un Oscar y seis nominaciones, entre ellas ésta de la película de los Coen. Y es curioso, porque John Wayne se llevó el Oscar por este mismo papel, y Birdges capta la esencia y transforma a su manera al peculiar alguacil, con su propia forma de ver la ley.



El reparto a priori era muy sólido y sin embargo la única que brilla con luz propia junto a Bridges es Hailee Steinfield. La joven actriz encarna a la joven y valiente Mattie Ross, que acaba de perder a su padre a manos del cobarde (y no es Robert Ford) Tom Chaney (cameo de Josh Brolin). Ross hará todo lo que esté en su mano y en su cabeza para dar caza a Chaney y llevarlo ante la justicia. Pero aunque tengas dinero, no todo puede conseguirlo uno tal y como lo desea en la vida. A veces hay barreras, que parecen invisibles, morales y de todo tipo, y ahí sólo podemos dejarnos llevar por alguien que simplemente sepa mejor cómo es la vida y ofrecer que esa persona coja las riendas por nosotros, porque siempre hay alguien que tiene más experiencia en esto de la vida que nosotros. Steinfield está enorme, es increíble como esta actriz no resulta casi en ningún momento exagerada o fuera de lugar, dándole a la pequeña Mattie ese aire de persecución implacable para poder vengar a su padre. Bridges y Steinfield son el alma de la cinta y auténticos protagonistas de la misma.



Queda, pues, relegado a un espacio mucho más secundario Matt Damon, al cual creo que los Coen podrían haberle sacado mucho más partido. Es curioso lo de este actor, que siempre parece que va a hacer papelones y luego siempre se queda en nada. Su actuación en Más allá de la vida es lo mejor que he visto de él, aunque no voy a quitarle méritos, ya que el tío no para de trabajar y pasa de un proyecto a otro prácticamente sin descanso. Barry Pepper aparece sólo en un par de escenas y lo del mencionado Josh Brolin, un mero cameo. Eso sí, el personaje de Chaney provoca durante todo el film su ansiada caza, sin embargo luego nos encontramos con que SPOLER Chaney es un tirado, que mató al señor Ross simplemente porque estaba borracho FIN SPOILERS. La música de Carter Burwell está bien, pero tampoco destaca demasiado. La fotografía de Roger Deakins es magnífica y recrea perfectamente el clásico pueblo americano del oeste, al igual que sus fronteras y lejanos paisajes que se funden con el cielo de un día del lejano oeste. Sin embargo, el guión de los Coen, que durante la primera parte del film exige más de lo necesario pata un western, desaparece casi por completo en el tramo final del film donde es cierto que parece que se tiene prisa por acabar. También mencionar que un film de estas caracterísiticas sin apenas acción o buenos duelos hace bajar el listón, y aquí no tenemos nada literalmente hasta el final.



Estos hermanos Coen no tienen nada que ver, desafortunadamente, con los que hicieron "Arizona baby", "Muerte entre las flores", "Fargo" o "El gran Lebowsky" por citar algunas. Muchas nominaciones, pero se fue justamente de vacío porque había otras mucho mejores. Ni qué decir tiene que no se puede comparar con clásicos como la trilogía de Sergio Leone del dólar, "Hasta que llegó su hora, también de Leone, o "Sin perdón" de Clint Eastwood. Aunque mejor que Appaloosa, la cinta tampoco llega al gran nivel mostrado por aquel remake de James Mangold "El tren de las 3:10". Al menos la película manda un mensaje que deberían oír todos los tiranos que existen y todo aquel que se lo merezca, y es que El castigo siempre llega.

Mi nota: 6,6

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