Michael Bay es un personaje bastante carismático. En su haber hay varias pelis de acción bastante entretenidas como La Roca, Dos policías rebeldes o Armaggedon. Pero es un director muy irregular, y con la Isla o con la saga Transformers lo ha aclarado. No hay manera de que esta saga despierte realmente interés o emoción, quizá deberían cambiar y probar con otro director ¿qué tal Steven Spielberg?
He llegado a leer y escuchar que esta cinta es una obra maestra del cine de acción. Vamos a ver, para eso Bay debería ver cuatrocientas veces Jungla de cristal (Die hard, 1988) para aprender cómo se hace una película de acción en condiciones. Que no, que lo que quieren decir es que es una obra maestra de acción pero con robots, pues que vea Terminator o Terminator 2, y estamos en las mismas. Os voy a contar cuál es la estructura del film idóneo de acción de Bay:
Mejor os lo describo un poco. La cinta dura dos horas y media. Bien, ¿lo habéis pillado? ¿No? Bueno, os lo explico mejor: la primera hora y tres cuartos es una sucesión de escenas tontas, sin sentido, cero acción, humor estúpido (aunque de alguna te tienes que hasta reír) y lo más importante y que no falte: planos de la tía buenorra del film con nombre impronunciable Rosie Huntington Whiteley. La chavala saca yo que sé cuántos modelazos, poniendo cachondo a cualquier hombre de la sala que haya ido en plan "a ver qué hay por aquí" y no "vengo a ver la superacción de los muñequitos Hasbroo". Bay, con su miembro tieso perdido, filma durante esa hora y pico a esta modelo convertida en actriz desde todos los ángulos, con más ropa, menos ropa, más sensual, menos y con el careto de Shia LaBoeuf al lado, para poder quitarse de encima el peso de Megan Fox. Los únicos que se salvan en esta parte del metraje son los enormes John Malkovich y John Turturro.
Después de las pajas (literales) del director norteamericano empieza la verdadera película por la que he acudido al cine. Son los tres últimos cuartos de hora, y salva todo el desastre anterior. Bay después de haberle subido de nuevo la sangre a la cabeza plantea una batalla (la única de toda la cinta) en Chicago. En este tramo tenemos varias secuencias espectaculares como el edificio partido, o un buen enfrentamiento entre Optimus y Megatron. Aunque por supuesto la cámara sigue mareando tela y es normal si sales del cine mareado. Los efectos visuales están a la altura de una superproducción como ésta y se nota que ahí se han dejado toda la pasta, y no en un plano del culo de Rosie.
Sinceramente espero que no haya más entregas de Transformers y si la hay que no la dirija este hombre, a no ser que así no centre sus ideas en otras películas y quitarle la oportunidad a directores con talento de verdad. Y espero que LaBoeuf tampoco siga por aquí, porque el chaval apuntaba maneras de joven y entre la última de Indiana Jones y esta saga se está cargando todo lo logrado hasta ahora. Lo mejor: los planos de la chica Transformers (ya que ellos son los planos más cuidados del film) y Malkovich y Turturro, el resto nada.
Puntuación: 5,3